Las supersticiones han
estado presentes a lo largo de muchas generaciones. Algunas han caído ya en el
olvido y otras, quizá por el entorno de las mismas, aún se mantienen. Entre
ellas encontramos las relacionadas al matrimonio.
Una de las más comunes es
aquella en que la novia no debe permitir que el novio la vea vestida de blanco
antes de que el casamiento se concrete.
Según se afirma, esto trae
mala suerte a la pareja. Ello se basa en la creencia de que, al mirarla vestida
con el traje nupcial, estarían adelantando el curso de los acontecimientos y
los dioses podrían enojarse negándoles la felicidad eterna.
La costumbre de llevar un
velo blanco es para que la novia no sea blanco de la envidia de las solteronas
que asisten a la boda.
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