Necesitará una vela dorada. De una a tres velas
o una vela blanca para cada uno de los presentes. Purpurina dorada, fósforos de
madera. Encenderemos la vela dorada navideña con fósforos de madera, diciendo:
"Poderes del Sol y de la
Luz , en este día,
cuando el Sol aumenta su fuerza y, al mismo tiempo, comienza su lento camino de
renacimiento, cuando nace el niño Dios Sol, os pedimos que iluminéis esta vela con
la fuerza del renacimiento y el poder de crecimiento."
En meditación, frente a la vela, atraeremos las
energías positivas del sol. Hecho esto, encenderemos de esa vela central un
máximo de tres velas (una por persona si el ritual se hace en grupo) y, tras
dejarlas arder unos minutos, las apagaremos sin soplar, dejando arder la vela
central.
Las velas
así obtenidas se guardarán y, cuando tengamos alguna petición especial durante
el año, especialmente si se trata de peticiones de saludo, prosperidad, amor o
protección, las encenderemos dejándolas arder hasta que se consuman, formulando
una oración con nuestra petición y permaneciendo en meditación frente a las
velas unos 15 minutos.
Al
finalizar se debe intercambiar un pequeño regalo con los presentes, si se hace
solo, regalarlo después a una persona necesitada.
También
se arrojará purpurina dorada al aire, sobre sí mismo y sobre los presentes, y
en las entradas de la casa, diciendo:
"Que
este polvo dorado ilumine el camino de llegada a la buena fortuna".
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